viernes, 10 de agosto de 2012

Cualquiera puede ser Batman


Batman. Después de casi dos semanas de su esperado estreno, al fin pude sentarme en una butaca para disfrutar de este alucinante largometraje. No daré mayores detalles de la película por respeto a aquellos que aún no la ven (por cierto… ¡Qué esperas!). Bueno, sólo puedo decir que salí fascinado. He visto muchas películas de superhéroes desde niño, pero no recuerdo alguna otra que me haya estremecido tanto como esta última aparición del caballero gótico. De regreso a casa, mientras hacía una reconstrucción del film y trataba de atar cabos que quedaron sueltos en mi mente, un repentino recuerdo me abrazó como una brisa de nostalgia. De repente me vi a mí mismo con unos siete años de edad revoloteando por el patio de alguna de las casas en las que he vivido. Tenía un polo negro amarrado al cuello y corría por todos lados tratando de convencer a todos los pobladores de Ciudad Gótica (mi familia) de que yo era Batman. Era divertido ser él; bastaba una capa y alguna especie de antifaz para convertirme en superhéroe. Y fue mientras sonreía al pensar en esto cuando lo entendí: Cualquiera puede ser Batman. Esta frase que el mismo hombre murciélago dijo en alguna parte de la película, es la clave de su éxito. Una reciente encuesta de la página web SFX.co.uk., en Gran Bretaña, dio como resultado que Batman es considerado el superhéroe favorito de la historia. ¿Por qué? Es simple; porque Batman es un humano cualquiera; porque Cualquiera puede ser Batman.

Todo esto me hizo pensar en el verdadero y más trascendente superhéroe de la historia humana: Jesús. Él no sólo salvó a una ciudad o a un país, sino a la humanidad entera de la autodestrucción.  Pero siendo Jesús tan maravilloso, ¿por qué no es tan popular hoy en día? ¿Qué ha sucedido para que la gente prefiera buscar cualquier tipo de solución a sus problemas antes que acudir a Aquél que tiene el poder para socorrerlos? Puedo responder a estas preguntas afirmando que el problema no ha sido Jesús, sino sus representantes legales en este mundo (sí, tú y yo). Jesús predicaba un mensaje de esperanza; Él decía que cualquiera que crea en Él podría llegar a hacer cosas mayores de las que Él hizo (Juan 14.12). En otras Palabras decía: Cualquiera puede ser Jesús. Pero nosotros, la iglesia de Jesús, su cuerpo, le hicimos una pequeña modificación a su mensaje, y con orgullo predicamos indirectamente: Cualquiera puede ser Jesús, pero no cualquiera puede ser cristiano.    

Estoy seguro que te ha pasado que después de haberle predicado a alguien, esa persona, con una mezcla de tristeza y resignación, te dijo algo como: Todo esto de Jesús suena bien, pero creo que no es para mí.  ¿Sabes por qué mucha gente se desanima fácilmente del cristianismo? Porque los cristianos caminamos con un cartel que dice: “Estás lejos de poder cumplir las expectativas de Dios”. Aunque nuestra boca diga lo contrario, esto es lo que nuestras actitudes han venido predicando durante siglos. En el intento de tener un buen testimonio delante de los no creyentes nos hemos convertido en modelos inalcanzables de perfección. Hemos vendido la idea errónea de que para ser cristiano hay que ser perfecto e intachable, sino no calificas para estar entre los escogidos de Dios. Tú dirás: Yo nunca le he dicho a alguien que para ser cristiano hay que ser perfecto. Sí lo has hecho, y yo también. ¿Sabes cuándo? Cuando le predicamos a alguien y le dijimos que Dios podía perdonar su falla, pero no fuimos capaces de decirle que nosotros habíamos fallado peor; lo animamos a que crea en Dios, pero no nos atrevimos a confesar que nosotros a veces también dudamos de su existencia; le dijimos que Dios podía limpiarlo de su inmoralidad sexual, pero nos avergonzamos de decirle que también luchamos con la lujuria; predicamos de manera subliminal un mensaje que dice: Dios recluta gente imperfecta, pero yo soy la excepción. Los más ingenuos se la creen, y se alejan desanimados pensando que si Dios sólo acepta gente santa, ellos no durarán ni un mes en la carrera; los más astutos se ríen y con alguna ironía desnudan nuestra bienintencionada hipocresía.

Yo me pongo a pensar qué sería de nosotros los creyentes si la Biblia sólo nos hablara de un Abraham que le creyó a Dios ciegamente pero que nunca fornicó con su criada, de un Moisés que fluyó en grandes señales pero nunca mató a un egipcio, de un Gedeón que venció a miles de madianitas pero nunca fue un cobarde, de un David que mató a Goliat pero que nunca adulteró con la mujer de su más fiel soldado y luego lo mató al enterarse que ella estaba embarazada, de un Jeremías que profetizó a las naciones pero nunca se sintió un niño insignificante, de un Pedro que sanaba con su sombra pero nunca negó a Jesús tres veces, o de un Pablo que fue el más grande apóstol y evangelista pero nunca fue un asesino de cristianos. Qué sería de nosotros si Dios, por cuidar su testimonio, hubiese decidido omitir estos detalles de la historia para no manchar la buena imagen de sus ungidos siervos. Ciertamente la Biblia sería no más que un emocionante cuento de ficción y nosotros andaríamos descorazonados por la vida al pensar que nunca seremos como aquellos grandes héroes de la fe. Pero nuestro Padre sabe que necesitamos héroes reales, de carne y hueso, por eso tuvo la excelente idea de dejar registrado que el mismo Jesús, el Rey de Reyes y Señor de Señores, luchó como nosotros la batalla de la fe:

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” – Hebreos 4.15-16

El mundo tiene sed de honestidad. Creo que nuestra transparencia podría ser nuestro mejor testimonio, y nuestra sinceridad nuestro mejor sermón. La gente puede salir excitada después de una reunión donde el poder de Dios se manifestó sobrenaturalmente, pero llegarán a sus casas y la condenación por alguna oculta debilidad los flagelará y les dirá que nunca podrán llegar a ser como el predicador de aquella noche. ¿Pero qué tal si por un momento nos quitamos la máscara de perfección y le decimos al mundo que nosotros, siendo cristianos consagrados, líderes o pastores, somos tan débiles como ellos? Qué tal si les confesamos que nosotros también luchamos con la depresión, que aún la lujuria de tres rounds nos gana uno, que en algún momento de desesperación también pensamos en el suicidio, que también pecamos de orgullosos y egoístas, que no siempre sentimos compasión ni amor por el prójimo, que también hemos recaído en algún viejo vicio teniendo ya años de creyentes, que muchas veces le servimos al dinero antes que a Dios, y que estamos tan pero tan lejos de esa imagen idealizada de perfección que nos hemos encargado de vender.

Lo único que nos diferencia con el mundo es que nosotros tuvimos el valor de reconocer nuestras miserias delante de Dios y creímos en Aquél que pagó nuestras deudas sólo por amor.  Y si ahora somos libres de lo que antes nos esclavizaba y tenemos victoria, es sólo por Su Gracia. Entonces despojémonos de nuestro traje de superhéroe cristiano; quitémonos el antifaz y la capa y digámosle al mundo que somos como ellos, que no están lejos de alcanzar la salvación, que Dios puede usar a cualquiera que le crea, que cualquiera puede ser Batman. Y entonces se acercarán confiadamente al trono de la gracia, y alcanzarán misericordia, y hallarán gracia para el oportuno socorro.


**En la esquina superior derecha puedes COMPARTIR este artículo o suscribir tu Correo Electrónico para recibir mis artículos directamente ahí.



10 comentarios:

  1. Hace un tiempo cuando invitaba a alguien a alguna reu cristiana en una uglesia local me decia a mi mismo "Debe escuchar la palabra y no fijarse en la alabanza o en la gente que está en la igle o no creerá el mensaje del evangelio".
    Ahira he entendido que nosotros somos el mensaje del evangelio; piedras vivas. La gente no creerá en Jesus por escuchar la "sana doctrina" ya que esa sana doctrina siempre pasa por nuestro filtro cultural y personal, y ojo que es buenísimo procurarla (sabes cuanto la procuro). Pero la biblia dice que "ellos" nos conocerán cuando vean que somos uno. Bueno, algo venimos haciendo mal hace siglos. El testimonio de Jesus somos nosotros. Un abrazo Diego de ciudad gotica.

    ResponderEliminar
  2. Precisamente como el titulo de tu blog : "ESOS que transtornan el mundo"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es! Dios nos está llevando a renovar nuestra mente para poder alcanzar a aquellos que por mucho tiempo no han tenido acceso al Evangelio por culpa de nosotros mismos, los cristianos. Gracias por tu comentario! Un abrazo!

      Eliminar
  3. Lo de "no voy a decir nada por respeto..." me salpicó mal =P Pero ya no diré nada más acerca de eso :D

    Por algo lo leí ahora... se cuán culpable soy de eso, de aparentar perfección delante de quienes necesitan exactamente lo contrario, lo hice por taaantos años. Este es el tiempo que Dios está poniendo para que eso cambie, este es el tiempo que Dios está utilizando y te agradezco, Dieguito... porque tienes el valor de decirlo y porque con todo ese amor que Dios ha puesto en tu corazón compartes estas cosas. Sigue adelante, que cuando mires a los costados seguiremos a tu lado siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras! Creo que esto nos confronta a todos y debemos asumirlo con humildad, pues nadie está libre de caer en las apariencias. Pero Dios es bueno y nos renueva la mente. Un abrazo Chil :)

      Eliminar
  4. Qué palabras tan precisas, algunas respuestas a mis tantas preguntas. Siempre te ha caracterizado esa sabiduría Diego. Me puedo dar cuenta una vez más que NO necesito ser mujer perfecta para que Dios me ame y me bendiga, con ser como soy, transparente, directa y con defectos, Él me acepto como hija! No necesité ser una batichica! Pues Él me amó sin ser nadie! Ahora que lo tengo, soy TODO! soy su batichica! :)

    Te quiero amigo, you are one in the million!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Rachel! Me alegra que este articulo te haya servido. De hecho no es algo nuevo, pero es algo que se ha olvidado. Es Su gracia la que hace que podamos ser mas que vencedores. Un fuerte abrazo!

      PD. No pongo tildes porque estoy en una MAC y no se como cambiar la configuracion del teclado jaja.

      Eliminar
  5. mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

    ResponderEliminar
  6. No tengo la más mínima idea de quién eres ni de cómo es que le di like a tu página en fb y pude ver un post sobre mujeres peligrosas o algo así, lo abrí casualmente y al momento de cerrarlo algo dentro me decía que explore, busque, que hay algo para mí aquí. Y tengo la certeza de que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. A pesar de ser una joven que nació en una familia repleta de cristianos, cometí errores por terquedad y ganas de conocer lo 'hermoso' que se veía el mundo fuera de una familia cristiana según contaban mis amigas mientras estábamos en el colegio, creo que por el mismo hecho de saber que podía arrepentirme y todo estaría bien! Sé que suena como si hubiese dejado de lado a Dios por 20 mil años pero para mí 4 años de mi adolescencia-juventud fueron demasiado, era la mejor etapa para servirle a Dios y ahora que tengo 20 y quiero hacer las cosas bien, predicar, invitar gente a la iglesia, empieza el bombardeo del pasado, que no soy buena para ello, soy pecadora level God, etc. Y a pesar de ser una chica super influyente e inteligente en muchísimas cosas, cuando quiero hablar de Dios me mando a callar yo misma, simplemente no puedo, me siento débil e incapaz. Pero abrir tu blog fue el error más genial de mi vida. Me ha servido bastante, en verdad, agradezco a Dios por tu vida y la manera en que te está usando. Gracias!
    Angela Cruzado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Ángela! No sabes cómo me alegra todo lo que me dices. La verdad es que para que hayas llegado hasta este post es casi un milagro jaja, ya que este blog lo tengo sin utilizar hace muchísimo tiempo y ni lo promociono. Tu comentario me anima a seguir trabajando para compartir cosas buenas a través de mi Blog y todas mis actividades. Sigue confiando en Papá, recuerda que la carga que Jesús nos da es fácil y ligera (MT 11). Dios te llene de paz, sigue adelante! Un super abrazo!

      Eliminar